Descripción
Todos estábamos vivos de Enrique Llamas se presenta como una novela reveladora del inicio de una década que ha dejado secuelas graves hasta hoy.
Al término de la dictadura franquista y tras la destrucción humana que ésta dejó, el pueblo español seguía llorando a las víctimas de tal atropello. Los jóvenes habían enterrado a sus abuelos; sin embargo, ya era otra época, ahora ellos podían reivindicar esa libertad de expresión que había sido mortal para sus viejos.
El concierto de la Escuela de Caminos marcó el inicio de la década de los 80, pero la muerte, al igual que durante la represión, se hizo presente en la expresión desenfrenada.
En el concierto homenaje al icono de la Movida madrileña, José Enrique Cano Leal “Canito”, muerto en un accidente automovilístico, los jóvenes esperaban su momento, estaban eufóricos por conseguir una banda para tocar en dicho concierto; otros esperaban con ansias la hora para lucir el mejor estilo punk del momento, otros buscaban la mejor droga para ponerse a tono, otros más tenían planes de ligar sin reparo.
Adela, Diana, Teo, Ric, Aldo y Siberia eran algunos de aquellos jóvenes que no querían perderse aquella fiesta, y a la mañana siguiente, uno de ellos aparecería muerto en un portal de Malasaña y ya nada sería igual.
Estos personajes, sumidos en la promiscuidad, el sida, los abortos clandestinos, las drogas, el narcomenudeo y las tribus urbanas, nos guían por esta historia en una interesante exposición del movimiento contracultural que marcó el inicio de la generación postfranquista de los años 80.
Enrique Llamas, autor de Los caín, trae con esta segunda novela un tema que no se ha indagado demasiado: la Movida madrileña, un movimiento contracultural que generó clubes clandestinos, drogas, propagación del sida y muerte de jovencitas por la mala práctica de abortos. Esta fuerte exposición del tema pone en contraste el auge de las bandas de rock en español que hasta hoy son recordadas por tantos éxitos, como Nacha pop, nombrada en la novela.
Los protagonistas de la historia son jóvenes de todas las clases sociales, pero eso no impide que tengan carencias de todo tipo. La muerte y, en el mejor de los casos, el desamparo son consecuencia de un mundo revolucionado que Enrique Llamas trae a colación en esta novela contada de fin a inicio y en la que, quizá, al llegar al final del libro más de un lector querrá volver a leer los dos o tres capítulos iniciales y comprender mejor así los sorprendentes detalles del final de cada personaje.
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